
1. No lo pienses. En ocasiones el pensamiento o la estructuración de ideas puede interferir para dejar fluir una trama. El cuento es algo que surge como un chispazo. Es un relámpago que cae estrepitosamente y hace que las palabras corran intempestivas para construir una serie de hechos que pueden retumbar en tu mente y tu corazón.
2. “Piensa fuera de la caja”. Una idea puede ser suficiente para estructurar un cuento, sin embargo en ocasiones es necesario aderezarla para hacerla atractiva. “Pensar fuera de la caja” significa poner los ojos fuera del cuento. Es alejarse y verlo desde lejos para poder identificar su forma, textura y sabor. Si logras realizar este paso, podrás ver al cuento como un todo y no como una sumatoria de actos y personajes.
3. Sorprende al mundo con tu creación. En un mundo donde cada vez es más difícil sorprenderse, el cuento es una oportunidad para desencadenar una serie de eventos catastróficos o inesperados para producir circunstancias alejadas de la cotidianidad. Todos sabemos que la princesa es rescatada por el príncipe, todos sabemos que la Caperucita sale de las entrañas de lobo, todo sabemos que los buenos siempre ganan. Procura ser impredecible con tus palabras. Esto ayudará a mantener la atención y el gusto por la lectura.
4. Escribe para ti. Ya sea por gusto, por realizar una tarea o por pasar un rato de aburrimiento, si vas a crear un cuento, trata que la primera persona que quede satisfecho con ello seas tú mismo. Escríbelo como te gustaría escucharlo a ti. En un mundo donde estamos acostumbrados a hacer las cosas para buscar aprobación o reconocimiento, a veces el escribir primeramente para nosotros se convierte en un acto revolucionario y un abrazo a nuestras propias capacidades.
5. El final puede ser la cereza o la tumba de tu relato. El final o el desenlace es la culminación por excelencia del cuento. Es la razón de los hechos que se han desarrollado a lo largo de la trama. Es tu oportunidad de malabarear las circunstancias, las palabras, las emociones y los personajes para dejar boquiabierto al lector. Si el final le imprime una emoción al público y le deja una idea que pueda rebotar a lo largo del día, ¡felicidades! Tu final fue excelente. Esto consejos pueden ser útiles para comenzar dentro de un proceso creativo. Recuerda que una de las principales fuentes de imaginación es la lectura. Por ello, te invitamos a que conviertas la lectura en un hábito para nutrir no solo tus habilidades intelectuales y creativas, sino también tu corazón.