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Desde el inicio de los tiempos, el hombre ha buscado maneras para mantener un registro de su haber. Esto lo ha llevado a desarrollar distintos métodos con los cuales ha logrado codificar información para poder almacenarla, transmitirla y retroalimentarla entre los participantes de este proceso comunicativo. Una de ellas es escribir…

En la actualidad, escribir es una de las principales herramientas de nuestra cotidianidad

Gracias a ella podemos transmitir información en masa y de manera detallada para abordar la individualidad de cada quien. Gracias a ella pudimos marcar el límite entre la historia y la prehistoria y sin ella difícilmente podríamos conocer las ideas de personas que vivieron hace miles de años.

Escribir nos ayuda a enriquecer el acervo cultural día tras día para generar una huella que trascienda a través del tiempo y el espacio.

Es por ello que el día de hoy les presento 5 beneficios de escribir de manera recreativa.

Número uno– Desarrolla la comunicación interna 

Escribir siempre abrirá una puerta para escuchar nuestros propios pensamientos. Es una forma de comunicarnos primero con nosotros y después con aquella persona (si se llega a dar el caso) que se vista de lector.

Escribir es una forma darle cuerpo a las emociones, a las ideas y a los pensamientos con la finalidad de hacerlos palpables. Una idea en la cabeza es buena, pero cuando ya puede ser vista, analizada y transmitida comienza a tener fuerza y alma para convertirse en parte de una realidad externa.

Número dos– Ayuda a mejorar nuestra redacción y ortografía

Cómo cualquier habilidad, escribir es algo que se desarrolla mediante la práctica. Entre más escribamos, mejor será nuestra sintaxis y redacción. En ocasiones las personas escriben literalmente como hablan. Esto, aunque es una forma entendible de transmitir una idea, en ocasiones al ser leída llega a confundir al receptor. Es algo similar a lo que sucede con el siguiente ejemplo:

Vamos a comer niños. (De ingerir niños)

Vamos a comer, niños. (De dar la orden para ir a comer)

En ocasiones al estar tan acostumbrados al autocorrector de los celulares o las computadoras perdemos la capacidad de corregir por nosotros mismos las palabras que están mal escritas. Por ello se invita a que este tipo de ejercicio de expresión escrita se realice con caligrafía a mano.

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Número tres Impulsa la imaginación y el procesamiento verbal

Escribir implica un proceso de verbalización de las ideas. Cuando escribimos imprimimos nuestras ideas en el papel y estas cobran forma y sentido; pasan de lo intangible a lo palpable. Este proceso implica que nuestro cerebro se acostumbre a procesar no solo supuestos, si no que hace que estos se sometan a reglas gramaticales que hacen que su estructura pueda ser medida, organizada y apreciada bajo criterios que le dan un valor y entendimiento.

Con la práctica este proceso puede ir mejorando, creando con esto nuevas vinculaciones entre neuronas y generando un aprendizaje nuevo. Gracias al desarrollo de esta habilidad nuestros recursos creativos pueden elevarse, ya que se cuenta con una herrameinta nueva para desarrollar los límites de la imaginación.

Número cuatro- Puede ser el comienzo para desarrollar un talento nuevo

Neruda, Rulfo, Lorca, García Márquez, Juan Gabriel… Todos comenzaron con una idea que quisieron transmitirla a un papel, para después compartirla con el mundo.

Escribir siempre implicará un pequeño atisbo hacía la realidad de otra persona. Es la forma de conocer la ideas del otro, su concepción del mundo y su interpretación del mismo. Gracias a esto grandes maestro de la literatura nos han mostrado, no solo crónicas de sus ideas y emociones, sino también una cadena vasta de universos intangibles nacidos de su imaginación.

Desde J.K. Rowling con Harry Potter hasta El Marquez de Sade y sus 120 días en Sodoma. Cada quien logró crear universos que, ni en los más vividos sueños (o pesadillas), nadie se imaginaría poder pisar.

Escribir no es un talento nato, se desarrolla. Por ello es importante por lo menos una vez en la vida darle una oportunidad al arte de la escritura. Nunca se sabe, quizá puedes tener a un Cervantes Saavedra atorado entre las yemas de los dedos.

Número cinco- Escribir es el refugio para la palabras prohibidas que necesitan ser expresadas

En algunas ocasiones habrá palabras tan ocultas, tan de nosotros mismos que ningún oído será digno de escucharlas. Sin embargo, en ocasiones si no salen de se convierten en susurros pesados que, como efecto de bola de nieve, terminan por transformarse en avalancha. Es cuando, como ejercicio terapéutico, la escritura se convierte en un acto liberador.

Un diario, un poema, un cuento, cualquier contenedor es válido para liberar aquellas situaciones o emociones que alberga nuestra mente y nuestro corazón. Ya sea para cautivar oídos ajenos o para liberar nuestra alma; el papel, la pluma y la tinta siempre serán lienzos fríos que pueden cobijar aquello que albergamos de manera cálida y neutra.

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¡Empieza ahora y desarrolla tu mente!