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Cuando pensamos en la comunicación, la necesidad de relacionarnos con personas de otros países y el deseo de estudiar en el extranjero, siempre pensamos que es necesario aprender otro idioma, especialmente el de la lengua inglesa.

Debido a que nuestra lengua materna no tiene un aprendizaje sencillo, la adquisición y dominio del inglés se vuelve más fácil. Sin embargo, ¿Cuántas veces has analizado el conocimiento que tienes de tu propio idioma?

Si nos ponemos a reflexionar, existen muchas palabras de las cuales desconocemos sus significados, así como su implementación en un escrito, pasamos por alto algunas reglas gramaticales y ortográficas y nos vemos limitados en la expresión escrita. Puedes decir, que con lo que sabes es suficiente para poder hablar y ser entendido(a) en el medio donde te encuentras.

Pero hay algo que se tiene que tomar en cuenta; el español tiene muchas maneras de hablarse, depende bastante de la zona geográfica en la que te encuentras, varias palabras tienen diversos sinónimos.

Varios expertos que estudian sobre el aprendizaje del lenguaje, mencionan que no solo basta conocer el uso de las palabras, sino que también hablar una lengua se puede considerar como la habilidad de adaptación continua del hablante a las diferentes situaciones comunicativas, algunas de las cuales (las formales) suponen un esfuerzo de dominio mayor.

De este hablante se dirá que tiene competencia comunicativa, no solo competencia lingüística. Gracias a esta habilidad, podremos tener una mejor comunicación sin importar en qué ciudad, estado, provincia o país te encuentres.

Si profundizamos más el tema, vemos que es importante considerar el aprendizaje encaminado a un saber hablar, es decir, saber hacer (pronunciar, leer, escribir, comprender lo oído o leído, etc.), un saber técnico, práctico; en definitiva, una técnica (histórica) del hablar, técnica de validez general de la que todo hablante histórico dispone para la realización de su libertad expresiva.

¿Y cómo esto me ayuda en mi formación personal?, en muchas cosas, conocer nuestra lengua materna, nos ayuda a poder aprender con mayor facilidad otro idioma, porque conocemos sus raíces etimológicas, prefijos y sufijos y podemos entender más las similitudes de otras lenguas sin dominarlas. Así podemos entender también la complejidad de cada uno y su historia del cómo se ha ido transformando.

Para dominar más el español te recomendamos que leas más libros de diversos géneros literarios, el periódico, revistas de información científica, tesinas, tesis o artículos científicos; así como empezar el hábito de escribir e ir corrigiendo tus escritos.

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