La música es un arte fundamental para el ser humano.
Se encuentra en todos lados y es un estímulo auditivo que nos ayuda a expresar emociones, pensamientos e ideas. Pero la música no solo tiene esa función. Se ha demostrado que estimula el aprendizaje. ¿Cómo es esto posible? Acompáñanos a descubrir los beneficios de la música en ese proceso.

Nuestro cerebro es sorprendente. Al escucharla, la música se transforma en ondas sonoras que el cerebro procesa y resignifica. También analiza sus componentes: timbre, intensidad, tono, ritmo, altura, melodía y tiempo.
Asimismo, se activa la corteza auditiva y las zonas que controlan los músculos, los centros del placer y las regiones encargadas de procesar las emociones e interpretar el lenguaje. Al mismo tiempo, otra zona analiza las sensaciones provocadas por el estímulo musical, ejercitando una mezcla de procesos psicológicos como la atención, la memoria, la motivación y la concentración.

Los estudios nos siguen sorprendiendo. El lingüista Noam Chomsky, en 1997, mencionó que el cerebro humano está equipado con una especie de programa de gramática universal, es decir, todas las lenguas del mundo tienen una estructura en común a cierto nivel, por ello podemos aprender otro idioma.
Lo mismo pasa con la música: al analizar su “lenguaje” (eliminar coma) es posible comprender todas las composiciones musicales de cada cultura y época. La música puede incentivar el aprendizaje de otro idioma, el enriquecimiento del vocabulario y el análisis literario del contenido. Este desarrollo de habilidades enriquece procesos como el autodescubrimiento personal, la creatividad, la imaginación, la responsabilidad y la cohesión social, entre otros.
Te invitamos a aventurarte en este tema e investigar más sobre él. Aprende nuevas canciones, contenidos y formas de ejercitar las distintas áreas de tu cerebro.